La inspección exhaustiva de la nariz y senos paranasales incluye siempre la realización de una endoscopia con endoscopio rígido o flexible (Nasofibroscopia).
La primera se realiza mediante una anestesia suave con algodones embebidos en líquido anestésico o pulverización de las fosas y es un procedimiento muy bien tolerado. La segunda no suele precisar anestesia y nos permite acceder también a la inspección de la garganta y las cuerdas vocales (Fibrolaringoscopia).
A veces es necesario la toma de exudados nasales o biopsias.
En los casos de roncadores es necesaria la realización de una Poligrafía Respiratoria que aclare si nos hallamos ante una roncopatía simple o una apnea del sueño.